El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) revocó este lunes la autorización del “Nuevo Cine Ciudadela”
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) revocó este lunes la autorización del “Nuevo Cine Ciudadela”, ubicado en avenida Rivadavia 12300, en la localidad bonaerense de Ciudadela, tras constatar que funcionaba sin habilitación municipal y en medio de una investigación por trata de personas.
La medida, clasificada como “baja de oficio”, se justificó en la falta de habilitación municipal, una condición obligatoria para operar bajo el régimen del INCAA. El cine, que estaba registrado desde enero de 2004, fue allanado recientemente por la Fiscalía Federal N.° 14, junto a la División Trata de Personas de la Policía Federal Argentina.
Durante el operativo, impulsado por una denuncia de la Municipalidad de Tres de Febrero, se rescataron tres personas víctimas de explotación sexual, y se detuvo a una pareja acusada de administrar el lugar y facilitar la prostitución. En el lugar se incautaron materiales fílmicos, celulares, documentación y dinero en efectivo. Además, se colocaron fajas de clausura en el ingreso y se asignó custodia municipal para evitar el reingreso.
Según la investigación judicial, el cine operaba bajo la apariencia de una sala de proyección pornográfica, pero en realidad “era un punto de explotación sexual”. Los testimonios recabados indican que las funciones eran utilizadas para captar clientes. “Las personas eran estimuladas por las imágenes y abordadas por trabajadores sexuales dentro de la sala”, señalarons del caso.
Los detenidos, una pareja de 52 y 55 años, también tenían domicilio en Villa Domínico, donde se realizaron allanamientos complementarios. Fueron imputados por facilitación de la prostitución, explotación sexual agravada y encubrimiento.
Las víctimas recibieron asistencia del Programa Nacional de Rescate, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación.
Reclamos vecinales
Vecinos de la zona relataron que el cine funcionaba desde hacía más de seis décadas y que existían múltiples reclamos y denuncias. “Todos sabían lo que allí pasaba”, comentó un residente en redes sociales. Otro testimonio indicó que el lugar era conocido como un “antro” con denuncias que databan de años.
