Decenas de personas siguen desaparecidas y al menos 104 han perdido la vida en las devastadoras inundaciones de Texas, s
Decenas de personas siguen desaparecidas y al menos 104 han perdido la vida en las devastadoras inundaciones de Texas, según la agencia AP. Entre las víctimas se encuentran al menos 27 niñas y miembros del personal del Camp Mystic, un campamento de verano que sufrió graves daños debido al aumento del río Guadalupe.
En medio de esta tragedia, dos consejeras del campamento que lograron salvar a 20 niñas hablaron sobre el momento angustiante en que tuvieron que escribir los nombres de las pequeñas a las que cuidaban en su piel, como medida de precaución en caso de ser arrastradas por la crecida. Silvana Garza y María Paula Zárate, las jóvenes mexicanas que trabajaban como guías en el campamento, relataron que mantuvieron una actitud positiva y sonrieron para mantener tranquilas a las niñas mientras se preparaban para evacuar el lugar.
La intensa lluvia comenzó alrededor de la 1 de la madrugada y desde ese momento, se mantuvieron alertas y a resguardo en una de las cabañas. Incluso, cuando se quedaron sin energía, mantuvieron una fachada de “buen humor” y sobrevivieron largas horas hasta que pudieron ser asistidas.
Las consejeras escribieron sus nombres en su piel y hicieron lo mismo con las niñas, escribiendo sus nombres en lugares visibles para que pudieran ser identificadas fácilmente. Mantuvieron la calma y trasladaron esa templanza a quienes cuidaban, quienes debieron esperar bastante tiempo para recibir alimentos.
Mientras tanto, la familia Harber sufrió una pérdida terrible cuando sus hijas, Blair y Brooke, de 13 y 11 años, respectivamente, perdieron la vida durante un viaje familiar a Casa Bonita, una comunidad cerrada en la ciudad de Hunt, que resultó afectada por el diluvio del pasado 4 de julio.
El padre de las pequeñas, RJ, se despertó con el agua corriendo por todos lados alrededor de las 3:30 de la madrugada. Brooke le envió un mensaje de texto a él y a sus abuelos maternos que decía “Los amo”. RJ y su esposa, Annie, rompieron una ventana y salieron en un intento desesperado por alcanzar a sus hijas, que se alojaban en una cabaña cercana. Sin embargo, las condiciones eran extremadamente difíciles y las aguas embravecidas les impidieron llegar al lugar.
En un último y desesperado intento, la pareja fue hacia la casa de otro vecino y le pidió prestado un kayak a esa familia para poder llegar remando al lugar. Pero las aguas estaban demasiado agitadas y los padres terminaron siendo rescatados junto con otros cinco vecinos que lograron sobrevivir. A las niñas las encontraron 12 horas más tarde, a unos 25 kilómetros de distancia. Cuando las hallaron, “sus manos estaban entrelazadas”.
