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13,07,2025
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Con el intenso frío y la caída de nieve, uno de los problemas más comunes es encontrarse con hielo en el parabrisas del

Con el intenso frío y la caída de nieve, uno de los problemas más comunes es encontrarse con hielo en el parabrisas del

Con el intenso frío y la caída de nieve, uno de los problemas más comunes es encontrarse con hielo en el parabrisas del automóvil. ¿Existe una forma segura de eliminarlo sin dañar el vidrio? Sí, pero antes es importante conocer los métodos que debemos evitar.

Uno de los errores más frecuentes es arrojar agua caliente sobre la capa de hielo, ya que el brusco cambio de temperatura puede provocar grietas en el parabrisas, especialmente si se repite varias veces. Asimismo, encender los limpiaparabrisas para quitar la escarcha sin retirarla previamente puede generar rayones en el vidrio y dañar las escobillas.

Para eliminar la escarcha de forma segura, lo recomendable es encender la calefacción del auto y dirigir el flujo de aire hacia el parabrisas, de modo que la temperatura aumente gradualmente. Luego, utilizar un paño limpio humedecido en alcohol para limpiar el cristal. Si la capa de hielo es más gruesa, se puede raspar suavemente el vidrio con una espátula de plástico o una tarjeta plástica, evitando usar objetos metálicos que puedan provocar rayones.

Es importante recordar que, en días de intenso frío, las escobillas de los limpiaparabrisas también necesitan cuidados especiales. Si están expuestas a bajas temperaturas constantes, pueden pegarse al vidrio y sufrir un mayor desgaste. Para evitarlo, se recomienda colocar una capa delgada de corcho entre el parabrisas y las gomas, lo que impedirá que el frío provoque su adhesión al cristal.

Además, existen otras consideraciones a tener en cuenta para cuidar el auto del frío:

Cambiar el aceite y los filtros: en climas extremadamente fríos, el aceite del motor se espesa y dificulta su flujo a través del propulsor. Por lo tanto, es importante realizar el cambio de aceite y filtro de aceite al iniciar el invierno, respetando los intervalos de mantenimiento preventivo establecidos por el fabricante del vehículo.
Líquido refrigerante y sistema de refrigeración del motor: las temperaturas frías pueden afectar tanto al líquido refrigerante como al sistema de refrigeración del motor. Si el refrigerante no tiene la mezcla adecuada de anticongelante, puede congelarse a bajas temperaturas, lo que puede dañar los componentes del sistema de refrigeración.
Revisar la batería: el frío extremo reduce la capacidad de arranque, incrementa la resistencia interna y genera una descarga más rápida de la batería, lo que reduce su vida útil. Por lo tanto, es fundamental controlar el estado de la batería y reemplazarla en caso necesario.
Verificar la presión de los neumáticos: el frío hace que el aire dentro de los neumáticos se contraiga, lo que puede llevar a una presión insuficiente. La dureza del caucho se ve afectada y con ello el comportamiento en cuanto a capacidad de frenado y adherencia, comprometiendo la seguridad de los ocupantes.
No subestimar al aire acondicionado: un funcionamiento ineficaz del sistema de aire acondicionado puede perjudicar el desempañado de los cristales, responsable de mantenerlos libres de los efectos de la condensación y del hielo, y afectar la visibilidad durante la conducción. Además, la inoperancia del sistema o pérdida de rendimiento puede interferir en alcanzar la temperatura deseada dentro del habitáculo del vehículo.

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